Desde el ámbito de la investigación, un paradigma es un
cuerpo de creencias, presupuestos, reglas y procedimientos que definen cómo hay
que hacer ciencia; son los modelos de acción para la búsqueda del conocimiento.
Los paradigmas, de hecho, se convierten en patrones, modelos o reglas a seguir
por los investigadores de un campo de acción determinado (Martínez, 2004). Por
lo tanto, también asumen un carácter normativo.
El paradigma
socio-crítico tiene su fundamento principal en la teoría crítica. Ésta se
inicia con la creación, en los años veinte, del Instituto de Investigaciones
Sociales afiliado a la Universidad de Frankfort y con la agrupación de
pensadores alemanes como Max Horkheimer y Fredrich Pollock, entre otros. Los
mismos estaban interesados en entender las formas de dominación que acompañaban
los cambios del capitalismo, lo que quiere decir que los estudios iniciales
tuvieron como objetivo la economía capitalista y la historia del movimiento
obrero.
Por otra parte,
su propósito común era teorizar la clase de valores, individual y colectiva en
las sociedades liberales posindustriales. El tema central de su trabajo fue el
análisis del papel de las ciencias y la tecnología en las sociedades modernas y
su vinculación con el poder. Esos pensadores también trataron de reconsiderar
la relación teoría-práctica desde posiciones contrarias al positivismo,
entendido como la base ideológica de la cultura del siglo XX.
Es así como este
enfoque investigativo surge como una alternativa a las tradiciones positivistas
e interpretativas que pretende superar el reduccionismo del paradigma
positivista y el conservadurismo del paradigma interpretativo.
De acuerdo con Arnal
(1992), el paradigma socio-crítico adopta la idea de que la teoría crítica es
una ciencia social que no es puramente empírica ni sólo interpretativa, sus
contribuciones se originan de los estudios comunitarios y de la investigación
participante. Tiene como objetivo promover las transformaciones sociales y dar
respuestas a problemas específicos presentes en el seno de las comunidades,
pero con la participación de sus miembros.
El paradigma
socio-crítico se apoya en la crítica social con un marcado carácter
autorreflexivo. Considera que el conocimiento se construye siempre por
intereses que parten de las necesidades de los grupos y pretende la autonomía
racional y liberadora del ser humano. Esto se consigue mediante la capacitación
de los sujetos para la participación y transformación social. Además utiliza la
autorreflexión y el conocimiento interno y personalizado para que cada quien
tome conciencia del rol que le corresponde dentro del grupo. A tal efecto se
propone la crítica ideológica y la aplicación de procedimientos del
psicoanálisis que posibilitan la comprensión de la situación de cada individuo,
descubriendo sus intereses a través de la crítica. De esta forma el
conocimiento se desarrolla mediante un proceso de construcción y reconstrucción
sucesiva de la teoría y la práctica.
Según Popkewitz
(1998) algunos de los principios propios del paradigma socio-crítico son:
conocer y comprender la realidad como praxis; unir teoría y práctica integrando
conocimiento, acción y valores; orientar el conocimiento hacia la emancipación
y liberación del ser humano y proponer la integración de todos los
participantes, incluyendo al investigador en procesos de autorreflexión y de
toma de decisiones consensuadas. Las mismas se deben asumir de manera corresponsable.
Entre las
características más importantes del paradigma en cuestión, aplicado al ámbito
de la educación se encuentran, en primer lugar, la adopción de una visión
global y dialéctica de la realidad educativa. Por otra parte, la aceptación compartida
de una visión democrática del conocimiento así como de los procesos implicados
en su elaboración y por último, la asunción de una visión particular de la
teoría del conocimiento y de sus relaciones con la realidad y con la práctica.
Desde este
paradigma se cuestiona la neutralidad de la ciencia. El grupo asume la
responsabilidad de la investigación y propicia la reflexión y crítica de los
intereses, interrelaciones y prácticas investigativas.
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